Orientarse en Barcelona no ofrece ninguna dificultad. Al menos, si se tienen claros algunos parámetros para diferenciar los barrios de la ciudad. A los barceloneses nos gusta presumir de la perfección urbanística del Eixample, con calles que suben y bajan alternativamente y donde es casi imposible perderse. Pero no toda la ciudad es igual. Por ejemplo, la parte antigua, es un entresijo de calles estrechas y desordenadas, con mucho encanto, pero que se convierten en un auténtico laberinto para todo el que no las conoce.Lo mejor para callejear fácilmente por la ciudad es empezar a pensar como un barcelonés. Es decir, saber que la numeración de las calles siempre se hace en dirección de mar a montaña y olvidarse del coche para circular por el centro de la ciudad. Controlar cuatro vías claves de Barcelona también puede ayudar a nuestro paseo. El Passeig de Gràcia y la Rambla de Catalunya, paralelas, comunican la Plaça Catalunya con la avenida Diagonal y recorren todo el Eixample. La Gran Via y la Diagonal atraviesan la ciudad de un extremo a otro; la primera desde la Plaça de les Glòries hasta la Plaça Espanya y la segunda desde la Zona Universitaria hasta la recién renovada zona del Fòrum.
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